En Perú somos dulceros por excelencia, eso nadie lo niega. Nuestro paladar ha abrazado el dulzor de muchas formas: desde nuestros postres con alto nivel de dulzor hasta ciertos platos de nuestra gastronomía. Claramente, los vinos no son la excepción.
Sabemos que en el país los vinos dulces son los más amados del mercado, solo debemos visitar la tienda de nuestro barrio para darnos cuenta. Pero, ¿qué pasa con aquellas personas que no toleran tanto dulzor en boca?